Caminar hacia atrás, también conocido como marcha atrás, puede ofrecer algunos beneficios sorprendentes para la salud.
Aunque no es tan común como caminar hacia adelante, esta práctica puede tener impactos positivos en diferentes aspectos.
Algunos de los beneficios
Fortalecimiento muscular: Caminar hacia atrás puede involucrar diferentes grupos musculares en comparación con caminar hacia adelante, lo que puede contribuir al fortalecimiento general de las piernas, glúteos y la parte inferior del cuerpo.
Mejora de la postura: Al caminar hacia atrás, se promueve una postura erguida y una mayor conciencia corporal, lo que puede ayudar a mejorar la alineación de la columna vertebral.

Al caminar hacia atrás promueve una postura erguida.
Estimulación cognitiva: La marcha atrás puede desafiar al cerebro de una manera diferente, ya que requiere atención y coordinación adicionales. Esto puede tener beneficios para la salud cognitiva y la función cerebral.
Menor impacto en las articulaciones: Aunque caminar hacia atrás puede parecer inusual, generalmente ejerce menos presión sobre las articulaciones en comparación con correr o caminar hacia adelante. Esto podría ser beneficioso para personas con problemas articulares.
Quema de calorías: Aunque puede que no queme tantas calorías como correr, caminar hacia atrás sigue siendo una forma de ejercicio y puede contribuir a la quema de calorías y al mantenimiento de un peso saludable.
Como incorporar caminar hacia atrás
Incorporar el hábito de caminar hacia atrás puede ser simple, pero no necesariamente fácil. ¿Cómo puedes agregar esto a tu rutina de ejercicios de manera segura?

Caminar hacia atrás puede tener impactos positivos en diferentes aspectos.
Al principio, opta por espacios interiores para evitar obstáculos y garantizar la seguridad. Si eliges exteriores, busca áreas planas y abiertas para minimizar riesgos.
Mantén una postura adecuada al caminar hacia atrás. Evita torsiones innecesarias y resistente a la tentación de mirar por encima del hombro.
Mantén la cabeza y el pecho erguidos, y estira el dedo gordo del pie hacia atrás en cada paso, rodando el pie desde la punta hasta el talón.
A medida que ganes confianza, aumenta la velocidad y considera la posibilidad de trasladarte a una cinta de correr. Asegúrate de utilizar los rieles guía según sea necesario para mantener la estabilidad.
Si decides agregar pesas, comienza con un peso ligero. Enfócate en series cortas en lugar de distancias largas y prioriza mantener una técnica adecuada en distancias no superiores a 20 metros al principio.
Como cualquier forma de ejercicio, es recomendable comenzar de manera gradual y consultar a un profesional antes de realizar cambios en tu rutina de ejercicios.
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