SALUD

Como usar la sal sin dañar tu salud

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Hoy hablaremos de uno de los condimentos más usado en la cocina, la sal, o cloruro de sodio o cloruro sódico.

Este condimento, común o de mesa otorga a los alimentos ese sabor característico y básico: el salado.

A parte de dar ese toque final de sabor a las comidas, la sal interviene en procesos claves del cuerpo.

Entre las que podemos mencionar la función metabólica, el envío de nutrientes, y eliminación de toxinas.

Igualmente, regula el agua en el cuerpo y ayuda en la transmisión de impulsos nerviosos en todo el organismo.

Aunque, su uso es muy cotidiano, los expertos aseguran que no lo utilizamos debidamente, lo que pone en peligro nuestra salud.

Los especialistas advierten que en exceso es dañino y lo consumimos sin saberlo.

Al respecto, te contamos todo sobre la sal para que la aproveches correctamente.

¿Qué es la sal?

Es un condimento, que se emplea como conservante de carnes y pescados, como también en algunos vegetales.

La sal es la única roca comestible por el ser humano, pues, se considera uno de los condimentos más antiguos de la historia.

La sal en la preparación de alimentos y en la cocina sigue siendo muy útil a pesar de ciertos riesgos.

¿Cómo se consigue la sal?

Dependiendo de su naturaleza, la sal se divide en cuatro tipos:

Sal común o de mesa: se adquiere de depósitos de sal, luego de refinarla para poder incorporar y disolver en las comidas.

Además, se comercializa con yodo, para prevenir posibles problemas de tiroides.

Sal marina: se logra de la evaporación del agua de mar. Por lo general no se procesa.

Sin embargo, esto permite retener pequeñas cantidades de calcio, magnesio, y potasio. Este procedimiento igualmente se emplea para la sal de manantial.

Sal rosada o del Himalaya: se extrae de los depósitos sedimentarios y domos salíferos en Asia, tienen un rico contenido en oligoelementos.

La sal verde o vegetal: se obtiene tras la concentración de hervir cierto tipo de planta gramínea.

¿En qué se distinguen?

La diferencia entre estas sales que señalamos como más saludable que la otra, pasa por la cantidad que necesitamos para salar.

Por ello, si los cristales de sal son más diminutos, entonces caben mucho más en una cuchara.

Mientras que una cucharadita de sal de mesa tiene unos 2.300 mg de sodio, la marina 2.000 y la del Himalaya 1.700.

¿Cuánta sal se debe consumir por día?

Aunque parezca mentira, existen estudios que revelan que la necesidad de consumir sal es casi como una adicción.

Los expertos señalan que se debe a que activa las mismas conexiones cerebrales y células nerviosas, que da sensación placentera y recompensa.

La sal lleva miles de años presente en la cocina ayudándonos a conservar los alimentos y darle sabor a nuestros platos.

Por otro lado, consumir mucha sal se vincula a un mayor peligro de sufrir:

  • Accidentes cerebrovasculares.
  • Cáncer.
  • Enfermedades cardiovasculares.
  • Hipertensión.
  • Problemas renales.

Asimismo, la Organización Mundial de la Salud (OMS) aconseja reducir la dosis de sal a 2 g por día o media cucharadita.

Aunque los expertos estima que la dieta promedio de una persona quiera o no excede con creces esa cantidad.

Si controlamos las pizcas de sal en la preparación, los especialistas advierten que también la incorporamos en saborizantes o conservantes.

Mientras que aquellos alimentos que presentan mayores concentraciones de sal son:

  • Panes industriales.
  • Carne molida o procesada.
  • Hamburguesas y comidas rápidas.
  • Algunos quesos.
  • Los snacks.
  • Sopas enlatadas.
  • Vegetales y legumbres enlatadas.

¿Cómo limitar el consumo de sodio?

Cocinar sin sal es un buen indicio para reducir la ingesta de sodio. Sigue estos consejos para cuidar tu salud:

Evita consumir comidas saladas, al momento de sazonar, la naturaleza nos ofrece muchas opciones, como albahaca, cilantro, tomillo, ajo, orégano o romero.

Igualmente se puede consumir carnes magras frescas, pollo y pavo sin piel, atún enlatado en agua, pescado y claras de huevo.

Lee las etiquetas, donde encontrarás información nutricional para calcular la proporción que consumes de sodio por ración.

Reduce a la mitad la sal cuando prepares las recetas, pues a veces estas indican más sal de lo normal.

Igualmente, prueba disminuir la cantidad de sal y que la persona consuma la cantidad que desee al momento de comer.

Procura cocinar el arroz, las pastas o algún otro alimento sin sal.

Finalmente, los expertos aconsejan enjuagar los alimentos enlatados, como el atún, las legumbres o los vegetales.

De esta manera, podrás retirar una gran parte de la sal que usan para conservar estos alimentos.

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