¡Buenas noticias!. El agua con gas (incluyendo la de sabores), que a menudo se recurre para evitar la fatiga de beber agua que no tiene sabor, es igual de hidratante que el agua natural.
Si eso es todo lo que necesitas saber, puedes detenerte aquí. Pero si deseas entender el motivo, te invitamos a disfrutar de esta refrescante explicación.
El agua con gas contiene dióxido de carbono, que puede ser natural o añadido, y que le otorga la carbonatación.
Según Melissa Majumdar, dietista registrada, entrenadora personal y portavoz de la Academia de Nutrición y Dietética, la presencia de carbonatación en una bebida tiene un efecto mínimo en su capacidad para mantenerte hidratado.
Mientras que Ronald Maughan, profesor de la Facultad de Medicina de la Universidad de St. Andrews en Escocia sostiene que «la presencia de carbonatación tiene poco efecto en la respuesta del cuerpo al agua ingerida».
El agua con gas: Una alternativa refrescante
Maughan es autor de un reciente estudio sobre los efectos hidratantes de diversas bebidas, incluyendo agua, agua con gas, leche, refrescos, jugo y café.
Añade Maughn que «sabemos que la mayor parte del gas se libera de la solución en el estómago».

El agua con gas es igualmente hidratante, como un vaso de agua natural.
Puede que la carbonatación acelere ligeramente la velocidad de vaciado del estómago y la absorción en el intestino delgado, pero este efecto es insignificante.
Majumdar señala, «Dado que el agua y el agua carbonatada tienen el mismo componente base, en teoría, ambos son igualmente hidratantes, y una alternativa refrescante para muchos».
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Agua con burbujas
Sin embargo, la carbonatación puede influir en la cantidad de agua que efectivamente consumes.
«Algunas personas encuentran que las burbujas o el sabor les ayudan a beber más, mientras que otras pueden sentirse llenas e hinchadas, lo que podría llevarlas a beber menos con aguas carbonatadas», señala.
Además de la carbonatación, hay otros factores en las bebidas carbonatadas que pueden afectar la hidratación.
Por ejemplo, las aguas con azúcar, nutrientes adicionales o electrolitos son más hidratantes que el agua pura o el agua carbonatada simple.
Maughan explica, «Agregar grandes cantidades de carbohidratos o grasas, como los azúcares naturales en el jugo de naranja o las grasas en la leche, ralentiza el vaciado gástrico».
Además, el sodio (también conocido como sal) en las bebidas actúa como una esponja para retener el agua en el cuerpo.
Aunque el potasio ha sido menos estudiado que el sodio, existen algunas pruebas que sugieren que también puede ayudar a retener agua en el cuerpo.
Por lo tanto, los atletas que sudan mucho podrían beneficiarse más de bebidas ligeramente endulzadas o con electrolitos en lugar de bebidas carbonatadas.

Sabor y sensación de plenitud con el agua con gas.
Según Majumdar, «durante el ejercicio, el agua normal es la mejor opción, sin discusión alguna».
Esto se debe a que la carbonatación puede causar hinchazón durante la actividad física y puede impedir que un atleta beba la cantidad suficiente.
El agua no carbonatada también es más adecuada para cualquier persona que se esté recuperando de una cirugía gastrointestinal o para pacientes que se llenen más rápido de lo normal, según Majumdar.
Sabor y sensación de plenitud con el agua con gas
Finalmente, el agua con gas puede ser una opción igualmente efectiva para mantenerse hidratado en comparación con el agua normal.
Además de sus beneficios potenciales, como el sabor y la sensación de plenitud, el agua con gas ofrece una alternativa refrescante para aquellos que buscan variar su consumo de agua o que no le gusta tomar agua natural.

El agua con gas incluyendo la de sabores hidrata.
Sin embargo, es importante recordar que la hidratación óptima depende de la cantidad de agua consumida en general, independientemente de si tiene gas o no.
En consecuencia, resulta fundamental hidratarse con la elegancia de un sorbo de agua, ya sea en su versión burbujeante o en su forma más tranquila, para preservar ese equilibrio líquido en el cuerpo con un toque de distinción.
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