En este post te contamos que los cacahuates japoneses son más mexicano de lo que creías. A pesar de que este tipo de cacahuate se les conocen como “japoneses”, su origen es de Ciudad de México.
Es más, es una de las botanas favoritas de los mexicanos, al que se le agrega limón y salsas para poder disfrutar de un mejor sabor y viene en varias presentaciones, natural, picante y con limón.
Mientas que, lo crujiente de la capa es una de sus características, después de 40 años de su creación se volvieron populares.
¿Quién inventó los cacahuates japoneses ?
Es por ello, que el creador de esta botana fue Yoshihei Nakatani Moriguchi, un hombre de baja estatura nacido en Japón, contaba con 33 años, carecía de empleo y vio una gran oportunidad de crear esta receta para tener un ingreso.

Los cacahuates japonés es uno de los favoritos de los mexicanos.
Al mismo tiempo, esta botana se comenzó a elaborarse durante la Segunda Guerra Mundial y hasta una película cuenta la historia.
Sin embargo, era común ver a la gente en los años 40 comer esta novedosa botana, la cual era vendida en grandes cantidades en el barrio de La Merced en la Ciudad de México.
Para aquel tiempo, las autoridades cerraron un almacén llamado El Nuevo Japón, fuerte competidor de El Palacio de Hierro y Liverpool.
También, cerraron la fábrica de botones de concha nácar en la que trabajaba el joven japonés Nakatani Moriguchi por lo que se quedó sin empleo, estaba recién casado con una mexicana llamada Emma Ávila.
Así mismo, su esposa, quien ya tenía dos hijos y por la necesidad de mantener a su familia, comenzó a elaborar un dulce crujiente conocido como muéganos, luego entre los dos inventaron la fritura de trigo y sal a la que nombraron “oranda” (capa).
Arroz por harina
Según, no daban con la consistencia, ya que no existía la harina de arroz en México, por lo que la sustituyeron por harina de trigo y de esta manera lograron la consistencia que querían.
De esta forma, nació esta botana, que fue un boom, decenas de personas se amontonaban afuera de su casa en la calle de Carretones, barrio de La Merced, donde Nakatani y su familia vivían.
Y así comenzó a llamarse cacahuates japoneses, y así se conocen hasta la actualidad y vienen en varias presentaciones, naturales, picante y de limón.
Por esa razón, las ventas eran increíbles, por lo que empezaron a comercializarlo en otros lugares de la capital mexicana, mientras que las dulcerías comenzaron a comprar por kilos.
Entonces, fue en 1950, cuando Elvia, la cuarta hija, por instrucciones de su padre dibujó una geisha, que sirvió como el primer diseño del empaques y lo bautizaron Nipón”.
Ante la falta de una patente, algunos productores de botanas en México aprovecharon que no había registro de la familia Nakatani y empezaron a fabricarlo en grandes cantidades.
Finalmente, para la década de 1980 fue un éxito el consumo y venta del cacahuate japonés en México y el mundo entero lo conoce, la familia Nakatani fue relegada y las grandes marcas se quedaron con el negocio.