¿Sabías que la fibrosis quística es un trastorno que afecta varios órganos del cuerpo? De hecho, los pacientes que padecen esta enfermedad manifiestan síntomas respiratorios, pero también digestivos.
Este trastorno índice sobre las células que producen sudor, moco y los jugos gástricos. Hablamos de líquidos ligeros con textura viscosa con función lubricante. Pero, en los pacientes con fibrosis quística se modifican estos líquidos.
Pasan a ser pegajosos y más espesos, debido a un gen defectuoso. El trastorno impide que estos actúen como lubricantes, de hecho, logran obstruir conductos y pasajes en órganos como el páncreas y los pulmones.
La fibrosis quística es un trastorno progresivo, pero no hay que descuidarla. Es importante destacar que los pacientes diagnosticados con esta enfermedad, pueden tener una vida totalmente normal.
A continuación, explicamos los síntomas respiratorios y digestivos de la fibrosis quística:
Identifica los síntomas respiratorios de la fibrosis quística
La característica principal de la fibrosis quística respiratoria, es una mucosidad espesa que tiende a ser pegajosa. Es tan viscoso que logra tapar los conductos de los pulmones por donde pasa el aire, hacia dentro y fuera.
Los síntomas más frecuentes de esta patología en particular, son los siguientes:
- Los pacientes con este trastorno tienen tos persistente con mucho esputo.
- Manifiestan fatiga extrema. Es muy difícil que un paciente con fibrosis quística respiratoria se ejercite.
- Son recurrentes las infecciones pulmonares
- La sibilancia es un síntoma de la fibrosis quística
- Presentan inflamación de las fosas nasales y congestión nasal
- Además, padecen sinusitis frecuentemente
Estos son los síntomas que afectan al sistema digestivo

La fibrosis quística digestiva genera un incómodo malestar en el paciente.
El líquido viscoso pegajoso que genera la fibrosis quística también bloquea los conductos a través de los cuales transitan las enzimas digestivas.
La obstrucción se produce desde el páncreas hasta el intestino delgado, lo que genera un incómodo malestar en el paciente.
La obstrucción incapacita a los intestinos y la acción de las enzimas digestivas, por ende, dejan de absorber nutrientes.
Los síntomas de fibrosis quística de este escenario son los siguientes:
- El peso del paciente se estanca lo mismo que su crecimiento
- Las deposiciones son grasosas y con olor intenso
- Padecen estreñimiento crónico. Hacen constantes esfuerzos por defecar sin lograrlo y pueden generar otra enfermedad severa, un prolapso rectal, por ejemplo.
- La obstrucción intestinal es común en pacientes recientes nacidos con fibrosis quística intestinal.
En resumen, Desde Magazine al Día te recomendamos que tengas un control médico permanente si padeces fibrosis quísticas, se estima que sea cada tres meses como mínimo.
Si algunos de estos síntomas te resultan conocidos, no dudes en acudir de inmediato a un especialista. Un diagnóstico a tiempo puede marcar la diferencia.